La prenda que lleva el karateka no es, estrictamente hablando, un kimono, sino un karategi o karate gi. Compuesto por una chaqueta y un pantalón, sujetos por un cinturón, el traje debe resistir la práctica de kata, kumite y competición.

Pero ¿sabía que hubo una época anterior al karategi en la que los karatekas se entrenaban en formas mucho menos codificadas? ¿Y que Tokaido fue la primera marca que empezó a producir en serie el karategi actual en 1956 ?

Cuando Gichin Funagochi (1868-1957), el fundador del kárate Shotokan, realizaba sus movimientos en la zona de Shuri, en la prefectura de Okinawa, no llevaba karategi, ni siquiera keikogi (‘traje de ejercicio’).

Fue más tarde, durante un encuentro con el fundador del judo, Jigoro Kano, cuando se puso el keikogi blanco y el cinturón negro a la moda judoka. El sencillo atuendo consta de 3 elementos: eluwagi(chaqueta de doble botonadura), el zubon (pantalón) y un obi (cinturón).

El futuro fundador de la prestigiosa marca Tokaido empezó a cortar, recortar y coser piezas de tela blanca para sus amigos karatecas.

¡Como dice Boileau: “Vingt fois sur le métier remettez votre ouvrage”! Las primeras pruebas distaron mucho de ser perfectas. Y Sugiura está constantemente deshaciendo, rehaciendo y perfeccionando, teniendo en cuenta los comentarios y críticas de los instructores de kárate a los que suministra muestras.

Y así, poco a poco, su afición se convirtió en su profesión. Nace el uniforme de kárate. Sugiura San creó Tokaido, la primera empresa de producción en serie de uniformes de kárate. Gracias a su duro trabajo, su karategi es un éxito. Pero no se duerme en los laureles y mejora constantemente sus uniformes cortados y cosidos a mano.

Hoy en día, la marca se enorgullece de ser depositaria de tal pericia y continúa la tradición de la artesanía a medida en su fábrica original de Nagoya.